Hemos visto todo tipo de campañas antitabaco. Más o menos conmovedoras, más o menos terribles. A menudo buscan el impacto, el miedo o la revulsión, buscando siempre que el mensaje cale lo más hondo posible. Pero pocas veces vemos que, sin mostrar una sola imagen desagradable, consigan transmitir verdadera conciencia del vertedero en que se convierte el cuerpo humano por culpa del tabaco.
Por ello nos parece que esta es una gran campaña: novedosa, impactante y reveladora.