¿Recordáis cuando para encontrar cualquier cosa que necesitáramos solo disponíamos de la guía de teléfonos? Aquellas míticas páginas amarillas, en las que, además, solamente podíamos consultar los abonados de nuestra provincia. Ahora tenemos todo Internet al alcance de unos cuantos clicks y un montón de buscadores para ayudarnos a localizar la información.
Al igual que en las páginas amarillas donde quien quería destacar tenía que comprar más espacio, ahora como entonces, quienes quieren ser visibles, sobresalir del resto, tienen que dedicar tiempo y esfuerzo para que los motores de búsqueda como Google les den relevancia. O estás entre los primeros o nadie te visitará, contratará o comprará tus productos.
Los buscadores como parte fundamental del marketing online
Los buscadores se han convertido en una parte fundamental del marketing actual, en concreto del marketing online, a través de disciplinas como el posicionamiento natural o SEO, encaminado a situar los sitios web –o páginas dentro de estos- en las primeras posiciones de los buscadores para palabras o frases concretas.
En muchos sectores hay una competencia feroz por esas posiciones relevantes, ya que de ello depende el conseguir clientes para los negocios. Y, como ese posicionamiento natural a veces es muy difícil de lograr debido a la gran competencia, siempre está la opción de los anuncios patrocinados, donde normalmente el anunciante paga cada vez que alguien pincha en su anuncio. Y el precio de cada click varía, ya que es una especie de subasta entre los interesados en aparecer ahí.
Y ¿sabéis qué profesionales son algunos de los que más esfuerzo –y dinero- dedican a estos anuncios? ¡Los fontaneros! Fijaos en un detalle: los anuncios patrocinados de Google. Cuando hacéis una búsqueda que pueda tener algo que ver con actividad económica siempre aparecen ahí, en el lateral o en la cabecera de la página esos anuncios de pago por click. Dependiendo de la profesión y el lugar que busquéis, aparecen solo unos pocos y no siempre de la misma zona, ya que no habrá demasiados anunciantes. Pero si buscáis, por poner un ejemplo, fontaneros Gijón, aparecen un montón. Y eso que Gijón es una ciudad pequeña. Si os vais a las grandes urbes es tremendo.
Es lógico, por mucho que paguen por cada internauta que pinche en su anuncio y entre en su web, esas visitas se rentabilizan rápido. Al fin y al cabo si estamos buscando un fontanero para una reparación es probable que nos quedemos con el primero o el segundo que veamos si su web nos da buena impresión y sus tarifas no nos parecen excesivas. Así que vale la pena pagar unos eurillos para aparecer el primero y captar a los clientes. Y, sobre todo, que no se vayan con la competencia. Y ahí reside la importancia de escoger bien para qué búsquedas se quiere aparecer en esos anuncios, ya que cada vez que alguien clique, Google cobra. Por tanto hay que hilar muy fino para montar campañas buenas, bonitas y baratas, que optimicen hasta el último euro invertido.